Al final del destino,
que no quede lamento,
ni tumba, ni lapida
que atrapen despojos.
Que vuele cual águila
por sobre los montes.
Que nade los ríos
y surque los lagos.
Que sea la causa de las nuevas flores
que dan su perfume
y brindan colores
a los transeúntes,
a los caminantes
que estarán mañana.
Y polvo ser,
como polvo fui.
Bled@2006
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