lunes, 28 de abril de 2008

Juanita

Cuando conocí a Juanita, la hermana del jardinero de mi padre, ella usaba la vestimenta tradicional de los naturales de la región andina y hablaba solamente la lengua aimara.
- ¿Para qué sirve esto? Preguntó asombraba al ver nuestra ropa interior.
Cuando cobró su primer sueldo se fue a mercado a comprar las piezas más finas que encontró y las empezó a usar. A Juanita todo lo moderno le fascinaba. Aprendió rápidamente el castellano aunque no perdió el mote o acento que marca a cada persona cuando aprende una lengua siendo mayor. La belleza física de Juanita atraía las miradas de toda la persona que la veían. Juanita tenía un pequeño bebé a consecuencia de una violación, Sergio el padre del niño la buscaba y constantemente le proponía matrimonio. Juanita despreciaba a Sergio, no le gustaba su físico ni lo que representaba.
Juanita conoció a un soldado del Cuartel Cachunde del que se enamoro perdidamente y caminaba orgullosa a su lado y repetía a todos los que la escuchaban.

-Este es el tipo de hombre que a mí me gusta.

El romance solo duró lo suficiente para dejarla con un segundo hijo. Sergio aprovechando el momento volvió a buscarla y a proponerle matrimonio y esta vez buscó el apoyo del hermano de Juanita. Sergio era dueño de unos terrenos y una cantidad de ganado en la serranía por lo cual tenía cierta solvencia económica.

-¿Qué será de ti? – lamentaba el jardinero, con dos hijos y sin marido.
- Cásate tú con el Sergio si tanto te gusta y lo quieres y a mi déjame en paz, era la respuesta de Juanita.

El hermano insistía sin cesar hasta que ella aceptó con resignación. Durante la ceremonia y la fiesta de matrimonio Juanita tenía el semblante sombrio y triste. Después de la fiesta los recién casados se fueron a los terrenos que eran de propiedad de Sergio. Los niños se quedaron en nuestra casa para darle oportunidad a la pareja de establecerse. Al día siguiente Juanita regreso a la casa muy agitada.

-Creo que maté a Sergio, sollozosaba.

Juanita contó que cuando estaban en camino al caserío de Sergio viendo la pampa desolada, su flamante esposo quiso tener un momento de intimidad. Ella se negó, el no quiso aceptar su negativa y la tumbó. Ella agarró una piedra y le golpeó en la cabeza. Allí lo había dejado desmayado cuando emprendió el camino de regreso a casa.
Juanita no se resignaba a seguir con este matrimonio.

-Yo solo dije si delante de un cura y eso no quiere decir que tengo que aguantar que este tonto me toque cuando él quiera. Yo dije que si, solo para que mi hermano me dejara en paz.Le cuidare sus ganados y mantendré su casa en orden pero que no me toque. Ese indio que vive en el Ayllu y no le gusta la ciudad, lamentaba la pobre recién casada.

Sergio, todo ensangrentado llegó varias horas después. Mi padre entendió que Juanita no conocía todo lo que implicaba el sacramento de matrimonio y le explicó a Sergio que no se podía forzar a Juanita a permanecer en esta unión.
-Juanita, ¿Qué deseas para tu vida? le preguntó cuando Juanita estaba más calmada.
-Quiero que mis hijos sean señores, que vivan en la ciudad, que asistan a la escuela, respondió Juanita.
Mi padre tramitó la anulación del matrimonio y ella comenzó a juntar dinero para irse a Lima.
Varios años después cuando pase por Lima, vi una pareja de jóvenes paseando por el jirón Arequipa. La joven comenzó a correr repitiendo
- Niñita, niñita, soy Juanita y este es mi esposo….
Ellos se habían casado por lo civil solamente, se habían comprado una casita y un carro. Estaban educando a los hijos de Juanita y a los que ellos tenían juntos.
- Lo conseguí niñita, gracias a tu tata, mis hijos serán caballeros y no indios me susurro Juanita al despedirse.

Maria Fischinger @2006

domingo, 27 de abril de 2008

Violeta

-Lolita, Lolita despierta que el Niño Jesús te dejo un regalo.
Al abrir los ojos vi a mi hermana Isabel que me enseñaba un paquete que estaba a los pies de mi cama. Rompí la envoltura dejando al descubierto una caja amarilla que contenía una bella muñeca dormilona. Con ella bajo el brazo seguí a Isabel hasta el comedor chico donde el resto de la familia ya estaba desayunando. Todos hablaban de sus regalos. Mi hermana Teresa también había recibido una muñeca y después de desayunar las dos fuimos a jugar a la farola o solario y allí bautizamos a nuestras muñecas. A la mía la bautice con el nombre de Violeta.

Violeta se convirtió en la companera inseparable de mis juegos. La biblioteca de mi padre ejercía una gran atracción sobre mi, por lo que la visitaba todos los días. La oficina y la sala de espera del despacho de mi padre estaba debajo de la biblioteca. Una mañana soleada con Violeta en los brazos, me dirigía a la biblioteca. En la sala de espera estaba una joven mujer con una niña casi de mi edad. La niña al ver a mi Violeta comenzó a pedir a su madre que le comprara una muñeca igual. Los ojos de la madre se llenaron de lágrimas al tratar de explicarle que no tenia los medios para hacerlo.
La niña le recordó que el niño Jesús no le había traído ningún regalo. Note la angustia de la madre y salí corriendo de la sala de espera y no pare hasta llegar al solario donde me puse a jugar con Violeta.

-Lolita, Lolita, escuche la voz de mi padre, ven quiero enseñarte algo muy bello y especial, el poder hacer feliz a los demás. Al estar cerca de mi puso una rodilla en el suelo y pude verme reflejada en sus ojos azules.
-¿Viste a la niña que esta con su madre en mi oficina? Ella quiere una muñeca como la tuya y su madre no puede comprársela.

Con un nudo en la garganta le di mi mano y por última vez cruce con Violeta el comedor grande y el primer patio hasta llegar a la sala de espera donde encontré la otra niña y le entregue a mi amada Violeta. La madre me abrazo mientras su hija abrazaba a mi Violeta.


Maria Fischinger@ Chicago

Soy pobre


....................Soy pobre
.................No tengo joyas,
................No tengo tesoros,
No tengo el poder para derrocar al rey
.................................que esta en el trono.
...........Solo tengo hoy para disfrutar.
...............Tengo el cielo azul.
..............Tengo las montañas.
............Tengo los rios y las flores
........y mi alma canta himnos de gracias:
....................por el alba,
....................por la lluvia,
...................por la neblina,
..................por el crepúsculo,
.....................por el viento,
.......................por el sol,
....................por la vida.
..............Por mi futuro que es hoy
..........y el mañana ya no me importa.

jueves, 24 de abril de 2008

Respuesta a Hilo y aguja

María E. Fishinger, amiga escritora, paisana, en el Día del Poeta Peruano y a Manuel Cortés, poeta andaluz; en homenaje a García Lorca y César Vallejo.

El hilo y la aguja

Miro y miro hacia arriba

al azul del cielo


de verde voy vestida

recogido mi pelo

luzco sombrero de paja

que cubre mi tez de maja


sentada surzo en la playa

un par de medias

co hilitos azul y
verde

esta escena que no escapa:

ondinas
/ mar verde esmeralda.


Quince hoy / abril en melodía

Julia del Prado

lunes, 14 de abril de 2008

Hilo y aguja

No dejes que las descepciones rasguen tu alma,
zúrcela con tesón y esmero.
Viste tus días con la túnica de la esperanza
y no dejes que amarguras pasadas la manchen.
Con la aguja de empeño
y el hilo de la constancia
borda tu futuro con un presente limpio y justo.

Maria Fischinger @ 2008, Chicago

domingo, 6 de abril de 2008

Haiku

sonoras ondas
ofensiva agresión
la paz quebrada