La bella navegante descubierta toda se mostraba entera sin tener recato. Usaba un anillo, como única prenda de su vestimenta. Su tenue sonrisa espléndida y regia rasgaba las sombras que la enfundaban. Coqueta y esquiva cubría sus senos con tules y sedas para descubrirlos con todo salero. Se escondía a ratos detrás de colosos, caballos y árboles para revelarse nuevamente fascinante bella
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