domingo, 14 de septiembre de 2008

¡Nada - todo!



¡Nada!
Un sorbo de tiempo,
un fantasma recurrente,
una palabra,
una melodía
¡Todo!
Iluminado como por el sol de la tarde,
adornado con la risa de un niño,
detenida en la telaraña del laberinto
oscuro, sin esperanza,
borrando todo rastro del pasado.
Terminada la batalla.
La vida renace y florece al igual que los cerezos.
Madura como espiga dorada ondulante al viento.
Tañen los corazones, pulsante arena en una playa infinita.
¡Todo!
Al final...
silencio y...
¡Nada!

Maria Fischinger @ Bled, 2008

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